Como explicamos en el primer post de esta serie, uno de los factores clave a la hora de usar este modelo de valoración, es una correcta estimación de los flujos de caja.
¿Qué son los flujos de caja en una empresa?
El flujo de caja nos indica las salidas y entradas de dinero que tiene una compañía en un período determinado. Por ello, es un indicador indispensable para conocer la salud financiera de la empresa, sobre todo en lo relativo a la liquidez de la misma.
Aplicando este concepto a nuestro método de valoración, es importante estimar correctamente estos flujos, porque serán los indicadores que nos muestren la capacidad financiera que tiene la empresa de generar un remanente para pagar deuda o dividendos entre los accionistas.
¿Qué tipos de flujos de caja podemos usar en el modelo?
A la hora de establecer el punto de partida al valorar una empresa, podemos utilizar diferentes flujos de caja. ¿Nos hará esto obtener un valor diferente? La respuesta es clara. No. Utilicemos la variante que sea del método de descuento de flujos, el resultado siempre será el mismo. La lógica de ello radica en que todos los métodos analizan la misma realidad bajo las mismas hipótesis. Es decir, todos ellos valoran el mismo flujo. La única diferencia será la variante de estos flujos que utilicemos para la valoración. Los más utilizados son:
- Cash flow disponible para los accionistas: coincide con todos los pagos que la empresa estima hacer a los accionistas. Normalmente en la realidad empresarial, esto englobará a los dividendos y a la recompra de acciones.
- Cash flow disponible para la deuda: es la parte del fondo que se dedica a cubrir la deuda y los intereses correspondientes.
- Capital cash flow (CCF): son los cash flows disponibles para todos los inversores de la empresa (deuda y acciones). Por tanto, su cálculo será igual a la suma del cash flow disponible para los accionistas y el disponible para la deuda.
- Free cash flow (FCF): Representa el flujo de fondos que genera la empresa independientemente de cómo es financiada. Por tanto va a aislar los efectos impositivos del endeudamiento. Al ser el más utilizado, vamos a explicar en tres sencillos pasos cómo se calcula:
- Para su cálculo se parte del Beneficio antes de intereses e impuestos, al que se le restan los impuestos que paga la empresa sin tener en cuenta los intereses financieros (EBIT – Impuestos = NOPAT (Net Operating Profit After Taxes)).
- Procedemos al cálculo del flujo de caja bruto. Para ello sumamos al NOPAT los gastos de amortización y depreciación de la empresa en ese año concreto, ya que ello no supone una salida de dinero real.
- Finalmente, para obtener el free cash flow, restaremos al flujo de caja bruto, las Necesidades Operativas de Fondos (NOF) y la Inversión en Activo no Corriente (CAPEX – Capital Expenditures).
¿Qué diferencia existe entre el CCF y el FCF?
El FCF no tiene en cuenta el escudo fiscal, por tanto, sumamos este para llegar al CCF, que representa el cash flow total disponible para los inversores, pero ahora ya consideramos el efecto del ahorro fiscal.
¿Cómo determinamos los flujos de caja?
Para valorar una determinada empresa utilizando el método de descuento de flujos es necesario proyectar los tres estados financieros principales, como son: el balance, la cuenta de pérdidas y ganancias y el flujo de efectivo o caja.
Conforme nos alejemos en el tiempo, la estimación de estos flujos será más complicada debido a la incertidumbre. Para ello, tendremos en cuenta el riesgo que tiene nuestro proyecto empresarial y descontaremos esos flujos utilizando una tasa de descuento que llevará implícito ese riesgo (lo veremos en el siguiente post).
Otros factores a tener en cuenta en la estimación de los flujos son:
- Situación macroeconómica
- Análisis del sector
- Análisis de la empresa: etapa en la que se encuentre, dirección, estrategia, estructura financiera, diversificación, etc
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