Mediación en la Empresa Familiar

Como forma de solucionar conflictos, la mediación nos ha acompañado a lo largo de los siglos. Kolb, refiriéndose a la tarea de los mediadores, la define como “la segunda profesión más vieja del mundo”, en el sentido de que, en cuanto surgió el primer conflicto, al mismo tiempo aparecieron los primeros mediadores.

Sin duda, un punto clave en el auge de la mediación en nuestro país, ha sido la Ley 5/2012 de mediación en asuntos civiles y mercantiles. En su preámbulo, el legislador quiere dejar bien claro que la mediación se ha de deslindar con claridad de la vía judicial o la vía arbitral. La gran diferencia con estos métodos, es que la mediación se construye en torno a la figura de un profesional neutral que facilita la resolución del conflicto por las propias partes. Estas siempre son las protagonistas del acuerdo.

No cabe hablar de “vencedores y vencidos”. Se trata de dialogar y negociar con el objetivo de alcanzar un consenso satisfactorio para ambas partes, de manera que se produzca un win-win.  La posición protagonista que las partes toman en el proceso es la mayor ventaja frente a otras vías de resolución de conflictos.

Abordando la casuística de las empresas familiares, en ellas sabemos que los conflictos que se producen adquieren una peculiaridad especial. El vínculo familiar convierte a la mediación como el método de resolución de conflictos ideal. En estas organizaciones se produce la confluencia de dos mundos antagónicos: empresa y familia. La correcta gestión de ambos mundos será la base de su éxito o la causa de su fracaso.

Puede ser muy perjudicial para la empresa, incluso en ocasiones, una muerte anunciada, acudir a la vía judicial a resolver problemas entre familiares. El impacto que produce una sentencia judicial en firme producirá daños emocionales irreparables en la familia que se propagará como el fuego a la empresa. En cambio, la mediación, además de mantener las relaciones entre los miembros de las familias después del proceso, conseguirá incluso que las conexiones entre los familiares se fortalezcan.

Otras de las ventajas que la mediación aporta a las empresas familiares es un menor coste en tiempo, emocional y económico.

Por último, la salvaguarda de la confidencialidad e imagen empresarial. La mediación permite atajar un problema de una manera rápida e interna con la ayuda de un profesional. Hará que terceros no se hagan eco de la controversia que se pretende arreglar mediante el proceso de mediación.

Regular un sistema de resolución de conflictos en la empresa familiar como medida preventiva, es una temática tabú hoy en día para muchas empresas. Sin embargo, hay que aprovechar herramientas como el protocolo familiar. Se debe incluir en ellos una cláusula donde acordemos qué vía vamos a utilizar para solucionar los conflictos en la empresa. En el caso recomendable de optar en primer lugar por la mediación, incluso indicar expresamente a qué órgano acudiremos para que actúe de parte mediadora en el conflicto.

En definitiva, ante problemas de carácter familiar que puedan afectar a la empresa, es recomendable usar la vía de la mediación con carácter previo al arbitraje o la vía judicial. Nos asegurará una resolución de los conflictos mucho más rápida, barata, efectiva y menos dañina. Además, en caso de que no lleguemos a un acuerdo, no debemos olvidar que aún tendríamos abiertas las otras vías de resolución de conflictos.

Si tienes cualquier duda sobre resolución de conflictos en empresas familiares, puedes escribirnos en nuestra sección contacto