El M&A y el futuro de nuestro tejido empresarial se reducen a este gráfico

Hace unos meses hablábamos con Javier García, fundador de Sintetia y socio de LUAfund sobre cómo se pone el foco en fomentar el emprendimiento y poco en el crecimiento empresarial. Coincidimos plenamente y añadíamos que menos foco aun se pone en la continuidad empresarial.

La falta de sucesión es un drama. Diez emprendedores empezando mañana no reemplazan el ecosistema de valor y riqueza para toda la sociedad de una empresa establecida. El tamaño, que necesariamente requiere tiempo y que es tan importante para ser productivo y competitivo, es igual de insustituible en el corto plazo.

Esta reflexión, que vivimos día a día, nos lleva a volver una y otra vez al gráfico que acompaña este artículo. Probablemente el gráfico que justifica todas las operaciones de fusiones y adquisiciones. Desde luego, es un resumen de nuestra misión como compañía: la continuidad y crecimiento de pequeñas y medianas empresas.

Que el futuro de un país depende de esa curva no es un mero discurso comercial. Si a la destrucción de tejido empresarial de las sucesivas crisis que vivimos le acompaña exclusivamente el nacimiento de micronegocios («creator economy») y a esto le añadimos la desaparición de empresas como consecuencia de la falta de sucesión o continuidad empresarial, el cóctel es explosivo.

No hay semana que no hablemos con empresarios que se encuentren en el punto (a) del gráfico. Ya sea consecuencia de la edad, la desmotivación (muy común, incluido entre gente joven) o la incapacidad de llevar la compañía a su siguiente fase de desarrollo. En esta situación, no hacer nada suele desembocar en el punto (c), con las terribles consecuencia que eso conlleva en términos de destrucción de valor, tal y como anticipábamos.

Como es de esperar, estos síntomas son los que actúan como catalizador a la hora de decidir vender la compañía. ¿Y cuál es el problema? Vendemos la compañía y ya está, ¿no? Aunque algún cantamañanas diga lo contrario, la cruda realidad es que no todas las compañías son vendibles aun siendo interesantes, especialmente sin una preparación previa, algo que habitualmente requiere meses o años. Incluso siendo vendible, las fricciones en el proceso de venta de una empresa son tantas, que el cierre siempre (siempre) es incierto.

Preparación de la venta y continuidad, dos caras de una misma moneda

No obstante, como espectadores privilegiados del tejido empresarial de nuestro país somos optimistas. Cada vez más y más empresarios son conscientes de que planificar la salida es inevitable cuando se decide emprender. La pregunta no es si alguna vez llegaremos al punto (a), sino cuándo llegaremos.

Eliminando confusión entre propiedad y gestión

Preparar la compañía para la venta, se produzca esta o no finalmente, será siempre beneficioso. Esto pasa, entre otras cosas, por eliminar dependencias de los socios fundadores, trabajando por separar propiedad y gestión.

Profesionalizando la gestión de la información

Sin un mayor control de gestión es imposible dar un paso atrás y el plan de pasar a ser exclusivamente propietario de nuestra compañía infructuoso.

Aumentar la valoración y las probabilidades de éxito de una venta

Ambas líneas de trabajo, además de ser condiciones sine qua non para garantizar la continuidad de la compañía, redundarán en una mayor valoración y en que un potencial proceso de venta tenga más posibilidades de cerrarse con éxito. La explicación es muy simple, los riesgos para un potencial comprador o inversor se reducen enormemente. Menor dependencia en equipo fundador, mayor información disponible y mayor claridad sobre el potencial y futuro desarrollo de la compañía supondrá menor riesgo y, por tanto, el comprador exigirá un menor descuento. Por esto es una buenísima noticia que cada vez más pymes decidan cotizar en mercados alternativos como el BME Growth.

Razones para el optimismo

Esta concienciación por parte del empresariado está acompañada de una serie de tendencias muy positivas: cada vez existen más potenciales compradores y soluciones para facilitar y aumentar el éxito de procesos M&A. Así es, más y más fondos de Private Equity están bajando sus criterios en términos de tamaño, se suman nuevos potenciales compradores como los Search Funds y, poco a poco, empezamos a ver más herramientas para financiar adquisiciones de empresas. No podemos olvidar tampoco a esos empresarios valientes que se han dado de cuenta de que las capacidades M&A no son solo para empresas grandes. Cada vez más pymes están apostando por el crecimiento inorgánico. Entre ellas contamos varios clientes.

En todo caso, desde nuestro pequeño altavoz seguiremos recordando la importancia de trabajar en la continuidad y y el crecimiento de nuestras empresas para que veamos a nuestra economía y, en definitiva, a nuestras personas, pasar del punto (a) al (b).